Ada nació en Londres hace más de 200 años, concretamente el 10 de diciembre de 1815. Sus padres se separaron cuando solo tenía un mes y fue su madre quien se encargó de educarla, transmitiéndole su pasión por las matemáticas y la ciencia. La infancia de Ada estuvo llena de estudios y tutores, aunque su débil salud le provocó problemas que arrastraría a lo largo de su vida.
A pesar de que en el siglo XIX las mujeres no solían estudiar ciencias, su madre se ocupó de que tuviese grandes maestros y maestras, como la astrónoma escocesa Mary Somerville. A medida que se hizo mayor, hizo amigos que también eran muy estudiosos e inteligentes, con los que colaboró y aprendió mucho.
Con 20 años se casó con el barón William King, que posteriormente se convirtió en conde de Lovelace, y con él tuvo dos hijos y una hija. Aun así, siguió estudiando aquello que más le gustaba, las matemáticas, e hizo hallazgos muy importantes. Uno de ellos fue sobre la programación de las computadoras, que muchos años más tarde sirvió para crear los primeros ordenadores.
Su pasión por las matemáticas y su personalidad poco convencional (le decían que «actuaba como un hombre») no siempre fueron bien vistas en la corte. Sin embargo, ella continuó aprendiendo y creando fórmulas matemáticas, algunas con más éxito que otras.
En los últimos años de vida, su salud se deterioró gravemente, hasta que falleció en 1852, poco antes de cumplir 37 años.
Predijo la música creada por ordenadores. Lovelace pensó que las notas y los sonidos podían ser traducidos al lenguaje de las máquinas para crear melodías complejas. Fue un primer paso para la música desarrollada por algoritmos que tanto triunfa hoy en día.