Ada Lovelace (1815–1852) fue una matemática y escritora británica, considerada la primera programadora de la historia. Nació en Londres como Augusta Ada Byron, hija del poeta Lord Byron y de Annabella Milbanke, una mujer culta con gran afición por las matemáticas. Su madre, tras separarse de Byron poco después del nacimiento de Ada, decidió educarla en la lógica y las ciencias, con la intención de alejarla del “genio poético” y temperamental de su padre.
Desde pequeña, Ada mostró una inteligencia extraordinaria. A pesar de las limitaciones de la época para las mujeres, recibió formación en matemáticas gracias a tutores privados, como el matemático Augustus De Morgan. En 1833 conoció a Charles Babbage, inventor del motor analítico, una máquina mecánica diseñada para realizar cálculos complejos. Fascinada por su potencial, comenzó una colaboración intelectual con él.
En 1842, Ada tradujo un artículo del ingeniero italiano Luigi Menabrea sobre el motor analítico. Pero su aportación más valiosa fueron las notas personales que añadió, que triplicaban la extensión del texto original. En ellas explicó con claridad el funcionamiento de la máquina y escribió el primer algoritmo destinado a ser procesado por una máquina: una serie de instrucciones para calcular los números de Bernoulli. Por esta razón, Ada es reconocida como la primera programadora de la historia.
Más allá de sus conocimientos técnicos, Ada tuvo una visión asombrosamente moderna: imaginó que, en el futuro, las máquinas podrían trabajar con símbolos, letras o música, no solo con números. Esta intuición la convierte en una pionera no solo de la informática, sino también de la idea de una inteligencia artificial creativa.
Murió a los 36 años debido a un cáncer de útero, pero su legado sigue vivo. Hoy, su figura simboliza el talento femenino en la ciencia y la tecnología.