Ada Lovelace

Centro Educativo:
Nuestra Señora de Andévalo. Sevilla

Principales hitos

La ciencia de las operaciones, derivada de las matemáticas más especialmente, es una ciencia en sí misma y tiene su propia verdad y valor abstractos.

Biografía de Ada Lovelace

Ada nació en 1815, hija del matrimonio entre Anna Isabella Noel Byron y George Gordon Byron, el célebre poeta romántico Lord Byron. Aunque, a los pocos meses de nacer, sus padres se separaron y en 1816 Lord Byron se marchó para siempre de Inglaterra, muriendo ocho años después en Grecia, por lo que nunca se llegaron a conocer. Su madre, Anna Isabella, era una aristócrata y quería que Ada recibiera una esmerada educación igual que recibió ella. Estudió matemáticas y astronomía, y se esmeró mucho en que su hija las estudiara también, sin descuidar otras disciplinas como la música. En su infancia, la prestigiosa científica escocesa Mary Sommerville se convirtió en maestra, mentora y amiga de Ada, lo que influyó también decisivamente en el interés de la niña hacia las ciencias. Ada pasó mucho tiempo sola o en compañía de adultos, con pocos amigos debido a las restricciones impuestas por su madre y también debido a su delicada salud. Esto fué determinante para que Ada se dedicara al estudio y dejara volar su imaginación confrecuencia. Ya siendo adulta, hubo dos hechos que determinaron su pasión por las máquinas: el telar de seda de Jacquard y su relación con Charles Babagge, científico británico que desarrolló una calculadora mecánica capaz de calcular tablas de funciones numéricas por el método de la diferencia: la famosa máquina analítica o máquina diferencial (que al final nunca llegó a construirse).Ada se casó con William King (Lord King) y tuvo tres hijos, pero esto no impidió que siguiera dedicando tiempo a la ciencia. Babaggese dio cuenta del talento matemático de la joven e intercambiaron correspondencia sobre matemáticas y ciencia durante casi veinte años. Cuando Ada tenía 27 años, tradujo un artículo académico del ingeniero italiano Luigi Menabrea sobre la máquina de Babagge, pero añadiendo notas propias en las que incluía un algoritmo codificado para que una máquina lo procesara, esto es, un programa de ordenador. Este algoritmo era relativo a las operaciones que la máquina tendría que realizar para calcular los números de Bernouilli. Establecía en esas “Notas” interesantes y visionarios conceptos como la capacidad de la máquina no sólo para calcular sino también para crear, tejiendo patrones algebraicos, así como la concepción de una máquina universal, que pudiera programarse para hacer varias tareas. Fue capaz de ver más allá de la máquina en sí, intuyó las aplicaciones prácticas que podría llegar a tener. Falleció muy joven, a los 36 años pero dejando en esas “Notas” unas anotaciones visionarias que fueron redescubiertas, ya en el siglo XX, cuando se produjo la explosión de la informática. Su redescubierta figura se ha convertido en los últimos tiempos en un símbolo en la reivindicación de la mujer en la ciencia habiéndose creado un lenguaje de programación en su honor, premios y organizaciones con su nombre e incluso, el día internacional de Ada Lovelace, que se celebra los segundos martes de octubre.