Ada Lovelace

Centro Educativo:
Universidad Pontificia de Salamanca

Principales hitos

'Este cerebro mío es más que meramente mortal como el tiempo lo demostrará'.

Biografía de Ada Lovelace

Ada Augusta Byron, conocida como Ada Lovelace, nació el 10 de diciembre de 1815 en Londres, hija del poeta Lord Byron y de la aristócrata Annabella Milbanke. Aunque su padre abandonó a su madre cuando Ada era solo un mes, dejó una profunda huella en ella, tanto en su genética como en su vida emocional. Annabella, temerosa de que su hija heredara la naturaleza inestable de su padre, se empeñó en alejarla de las inclinaciones artísticas y, en cambio, le proporcionó una sólida educación en matemáticas y ciencias, disciplinas poco comunes para las mujeres en su época. A lo largo de su infancia, Ada sufrió problemas de salud, incluyendo enfermedades como la malaria, lo que limitó su vida social y la mantuvo aislada en gran parte de su niñez.

Afortunadamente, Ada tuvo el privilegio de recibir lecciones de destacados intelectuales, como el matemático Augustus De Morgan y la astrónoma Mary Somerville, quien jugó un papel clave en su formación. Fue Somerville quien la presentó a Charles Babbage, el inventor de la máquina diferencial, con quien Ada desarrolló una estrecha amistad y colaboración. A los 19 años, Ada tradujo un artículo del matemático italiano Luigi Federico Menabrea sobre la máquina analítica de Babbage, añadiendo sus propias notas, que incluían una visión pionera sobre la posibilidad de usar la máquina para calcular cualquier tipo de operación matemática, una idea que se consideró precursora de la programación informática.

En 1835, se casó con el barón William King, quien más tarde sería conocido como el conde de Lovelace, y tuvo tres hijos. Aunque su vida familiar le ocupó mucho tiempo, continuó con su interés por las matemáticas, especialmente en su colaboración con Babbage en la máquina analítica. En sus últimos años, Ada tuvo una vida más agitada y, debido a su salud deteriorada, falleció el 27 de noviembre de 1852, a los 36 años, dejando un legado que sería reconocido mucho después de su muerte.