Agnes Pockels (1862-1935) fue una física alemana autodidacta cuya investigación pionera sentó las bases de la ciencia moderna de las superficies. Nació el 14 de febrero de 1862 en Venecia, que en ese momento formaba parte del Imperio Austriaco, pero creció en Brunswick, Alemania. A pesar de su gran interés por la ciencia desde temprana edad, las normas sociales de la época impedían que las mujeres accedieran a una educación superior en ciencias.
Sin embargo, Pockels no dejó que estas limitaciones detuvieran su curiosidad científica. Mientras ayudaba en las tareas domésticas, comenzó a observar cómo los líquidos reaccionaban en diferentes condiciones y desarrolló un profundo interés por la tensión superficial. A falta de acceso a laboratorios, convirtió su propia cocina en un espacio de experimentación. Con materiales sencillos, diseñó un aparato rudimentario, ahora conocido como la cubeta de Pockels, que le permitía medir la tensión superficial del agua con notable precisión.
A pesar de su falta de formación académica y de estar fuera de los círculos científicos oficiales, su trabajo atrajo la atención del físico británico Lord Rayleigh, un investigador destacado en el estudio de ondas y óptica. En 1891, Pockels le envió una carta detallando sus experimentos y hallazgos. Impresionado por la calidad de su trabajo, Rayleigh facilitó la publicación de su artículo en la prestigiosa revista Nature. Este reconocimiento fue un gran logro para una mujer científica en una época en la que el acceso de las mujeres a la investigación era extremadamente limitado.
Los estudios de Pockels sobre películas superficiales y la tensión superficial de líquidos fueron fundamentales para el desarrollo de la física de coloides y sirvieron de base para investigaciones posteriores en química y biología. Décadas más tarde, su trabajo influiría en la científica Irving Langmuir, quien ganó el Premio Nobel de Química en 1932 por estudios relacionados con monocapas en superficies líquidas.
Aunque nunca obtuvo un puesto académico ni recibió un título universitario, su impacto en la ciencia fue significativo. En reconocimiento a sus contribuciones, en 1932 recibió la Medalla Laura R. Leonard de la Sociedad Química de Colonia, un honor inusual para una investigadora autodidacta.
Agnes Pockels falleció el 21 de noviembre de 1935 en Brunswick, dejando un legado que subraya la importancia de la curiosidad, la perseverancia y el ingenio en la ciencia. Su trabajo abrió camino para futuras generaciones de mujeres en la investigación científica, demostrando que las barreras de género no pueden frenar el deseo de conocimiento.