Científica de la computación estadounidense
La profesora Barbara Liskov, nació en San Francisco, California. Es graduada (Bachelor) en Matemáticas por la Universidad de California en Berkeley, CA, y Master y Doctor en Informática por la Universidad de Stanford, CA, siendo una de las primeras mujeres en doctorarse en informática. Desde el 1972 es profesora del Massachusetts Institute of Technology (MIT) en el Departamento de Ingeniería Eléctrica e Informática. Sus áreas de investigación se centran en metodología de la programación, informática distribuida, lenguajes de programación y sistemas operativos. Sus contribuciones en estas áreas se han plasmado a lo largo de los años en numerosas publicaciones en las principales revistas y congresos de dichas áreas, así como en la redacción de varios libros. Sus artículos en el ámbito de la abstracción de datos, la programación orientada a objetos, sistemas distribuidos y la tolerancia a fallos han tenido un papel fundamental en el diseño de los lenguajes de programación actuales, así como en la cadena de bloques (blockchain).
La profesora Liskov ha desempeñado el cargo de presidente y miembro de numerosos comités científicos, y de editor asociado, del ACM Transactions on Programming Languages and Systems. También ha formado parte de numerosos comités asesores, entre los que se incluye el Consejo de Ciencias de la Computación y Telecomunicaciones del Consejo Nacional de Investigación, y el Comité Asesor de Informática y Ciencias de la Información e Ingeniería para el NSF.
Liskov es reconocida por su trabajo pionero en programación orientada a objetos. En 1972, propuso el principio de sustitución de Liskov, una piedra angular en el diseño de sistemas basados en objetos. Su contribución más destacada fue la creación del lenguaje de programación CLU, que introdujo conceptos clave para la programación moderna.
Ahora imagina diseñar un lenguaje de programación tan influyente que se convierta en la base de Java, C#, y muchos otros. !Eso es exactamente lo que logró Barbara Liskov con CLU¡, dejando una marca indeleble en la historia de la informática.