Bárbara McClintock

Centro Educativo:
IES Montes Obarenes

Principales hitos

“Si sabes que estás en el camino correcto, si tienes este conocimiento interno, entonces nadie puede desconectarte… no importa lo que digan.”

Biografía de Bárbara McClintock

Nació en 1902 en Hartford, Estados Unidos. Desde muy pequeña fue una niña independiente y solitaria que mostró interés por la Ciencia. Tras la educación secundaria, decidió continuar sus estudios en la Universidad Cornell, donde se graduó en 1923 y obtuvo su Doctorado en Botánica en 1927. A partir de ahí inició el trabajo que ocuparía toda su carrera profesional: el análisis cromosómico del maíz. Con tan solo 28 años, describió por primera vez los entrecruzamientos que tienen lugar entre cromosomas homólogos durante la meiosis, es decir, la recombinación genética que se produce durante la reproducción celular. En 1933, se incorporó a la Universidad de Missouri y, finalmente, en 1941, obtuvo un puesto como investigadora a tiempo completo en el Laboratorio Cold Spring Harbor, donde siguió estudiando el comportamiento cromosómico. En esta década de los 40 desarrolló la investigación que le valió el Nobel al proponer una hipótesis que explicaba cómo los elementos transponibles regulan la acción de los genes inhibiendo o modulando su expresión, a los que llamó “genes saltarines”. Tardó en ser reconocida por su gran aportación en el campo de la Genética, pero a partir de entonces se sucedieron los reconocimientos y distinciones. En 1944 ingresó en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, en 1971 obtuvo la Medalla Nacional de la Ciencia, en 1973 Cold Spring Harbor bautizó un edificio con su nombre, recibió 15 doctorados Honoris Causa y, en 1983, gracias a su descubrimiento de los transposones, el Premio Nobel, siendo la primera mujer que lo hacía sin tener que compartirlo con ningún otro investigador. Siguió investigando, hasta que su fallecimiento en 1992, en Huntington, Nueva York. Sus descubrimientos revolucionaron para siempre el campo de la ingeniería genética y han conducido a importantes avances en la biología molecular, abriendo la puerta a científicos a comprender mejor cómo se transmiten los rasgos genéticos de una generación a otra y cómo se pueden producir mutaciones.