Conchita Martínez Pérez nació en Huesca, en el seno de una familia que, aunque no estaba directamente vinculada al ámbito científico, siempre fomentó la curiosidad y el amor por el conocimiento. Desde su infancia, sus intereses profesionales fueron cambiando y evolucionando de forma natural. En un principio, soñaba con ser escritora, atraída por el mundo de las palabras y la imaginación. Sin embargo, con el paso del tiempo, comenzó a sentir una creciente curiosidad por la ciencia, especialmente por la biología, disciplina que le ofrecía una ventana fascinante para entender el mundo natural.
Las matemáticas también captaban su atención desde una edad temprana, aunque en aquellos primeros años las concebía más como un juego intelectual estimulante que como una posible profesión a la que dedicarse en el futuro. Fue poco antes de la selectividad cuando esa percepción cambió de forma decisiva, y tomó la firme decisión de estudiar la carrera de Matemáticas, una elección que marcaría el rumbo de su vida académica y profesional.
Conchita creció en un entorno familiar en el que, aunque no existían referentes científicos directos, sí se valoraba el aprendizaje y la inquietud intelectual. Sus padres, personas inquietas y con una gran pasión por el saber, siempre la apoyaron en sus intereses. Le proporcionaron libros y materiales que alimentaron su entusiasmo por las matemáticas, lo que tuvo un papel determinante en el desarrollo de su vocación científica.
Realizó sus estudios universitarios en la Universidad de Zaragoza, donde cursó la carrera de Matemáticas. A medida que avanzaba en su formación, su interés por la disciplina no solo se mantuvo, sino que fue creciendo de manera constante. Su dedicación la llevó a solicitar una beca, completar una tesis doctoral y, finalmente, obtener una plaza como profesora en su universidad.
A lo largo de su carrera académica y científica, ha tenido la oportunidad de realizar estancias en reconocidas universidades internacionales, como las de Zúrich y Nueva York, experiencias que enriquecieron su visión del campo matemático y le permitieron establecer colaboraciones relevantes.
En la actualidad, Conchita Martínez Pérez es catedrática de Álgebra en la Universidad de Zaragoza. Su trayectoria ha estado marcada por el esfuerzo constante y el compromiso con la investigación, a pesar de los desafíos que esta conlleva. Uno de los más significativos ha sido la conciliación entre su vida profesional y familiar, un aspecto que ha logrado equilibrar gracias al apoyo de su pareja y a una cuidada organización que ha hecho posible compatibilizar los viajes de trabajo con la vida familiar.
Es precisamente por ello que Conchita valora profundamente los logros que nacen del esfuerzo, la constancia y la perseverancia. Su experiencia es un ejemplo de cómo la vocación, acompañada de pasión y apoyo, puede transformar una inquietud infantil en una carrera científica consolidada.