Corina Amor Vegas nace en Madrid en 1993. Actualmente tiene 32 años.
En 2017 obtiene el título de licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad
Complutense de Madrid.
Mientras estudiaba Medicina se hizo consciente de lo que pueden tener esos
estudios de frustrante, por la falta de tratamiento para muchas enfermedades.
Por este motivo se decantó por el laboratorio, porque “prefería descubrir algo”.
Se fue a Estados Unidos a estudiar el doctorado, siendo elegida para un
programa destinado a los científicos jóvenes.
Su profesión es: científica. Conoce el inglés, el francés y el sueco.
Estudió Medicina en la Complutense pero esa parte que puede tener de "frustrante por la falta de tratamiento para muchas enfermedades" la llevó a decantarse por el laboratorio, porque "prefería descubrir algo".
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Y vaya si lo está haciendo. Se fue a Estados Unidos a estudiar el doctorado y hace un año fue elegida para un programa destinado a los científicos jóvenes, lo cual ya es un hito, pues "hay pocos, y en Europa ninguno".
Lo consiguió gracias a su tesis, calificada como "revolucionaria" porque se basa en la utilización de células CAR-T para que eliminen a las causantes del cáncer y el envejecimiento. En este momento ya ha completado los ensayos en el laboratorio y prevé que en dos o tres años esta técnica comience a experimentarse con humanos, a lo que habría que sumar otros dos o tres para que empezase a aplicarse.
La base de su revolución
O sea, que Corina Amor podría hacer realidad uno de los sueños más viejos de la humanidad: alargar la vida lo más posible y, lo que es más realista según ella, "sobre todo alargarla con buena salud tanto física como metal, dado que la longevidad está determinada genéticamente".
Pero si alguien ya está dando saltos de alegría, tendrá que saber que de momento se trata de una terapia muy cara, aunque a Corina le gustaría que en un futuro fuera accesible a todo el mundo. Y eso que hablamos de una sola inyección: "La terapia celular es muy cara, entre otras cosas porque es personalizada. Pero estamos estudiando el uso de células universales, que sean de un paciente pero puedan ayudar a otros. Por tanto, si miramos a largo plazo, los costes serán menores. Y si se usa contra enfermedades crónicas y se suma el coste que suponen los tratamientos largos, el coste puede igualarse".