Flora de Pablo Dávila, nacida el 25 de febrero de 1952 en Salamanca, España, es una destacada médica y científica especializada en biología celular y molecular. Obtuvo su licenciatura en Medicina y un diploma en Psicología en 1975 por la Universidad de Salamanca, donde también se doctoró en Medicina Interna y Endocrinología en 1979.
Entre 1976 y 1979, realizó su residencia médica y una beca predoctoral en el Departamento de Patología General, Sección de Endocrinología, del Hospital Clínico de la Universidad de Salamanca. Posteriormente, trabajó durante una década en Estados Unidos: primero como becaria postdoctoral en los National Institutes of Health (NIH) en Bethesda (1980-1982), y luego como investigadora en el Instituto de Tecnología de California (Caltech) en Pasadena (1984-1991 y 1995-1996).
Entre 1982 y 1984, fue facultativa adjunta en el Servicio de Endocrinología del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo de Barcelona, manteniendo su vinculación con proyectos de investigación hasta 1989. En 1991, regresó a España como Investigadora Científica en el Centro de Investigaciones Biológicas (CIB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en Madrid. Allí fundó el grupo de investigación “Factores de Crecimiento en el Desarrollo de Vertebrados”, que en 2007 pasó a denominarse “Laboratorio 3D: desarrollo, diferenciación, degeneración”.
Su investigación se centra en la biología molecular del desarrollo y la fisiopatología del sistema nervioso, enfocándose en la regulación de la expresión de la insulina y sus receptores, así como en sus funciones durante el desarrollo embrionario, especialmente en la neurogénesis y cardiogénesis. Utilizando modelos animales como pollo y ratón, así como células pluripotentes, ha estudiado mecanismos de proliferación, diferenciación, autofagia y muerte celular, y su desregulación en patologías como las degeneraciones retinianas y la enfermedad de Alzheimer.
En 2001, cofundó la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas (AMIT), desempeñándose como su primera presidenta hasta 2007. A través de esta plataforma, ha abogado por el reconocimiento del trabajo de las mujeres en ciencia y tecnología, y ha destacado la escasa presencia femenina en puestos de toma de decisiones.
Entre sus logros, destaca la caracterización de la proinsulina como una proteína con actividad propia, más allá de ser un precursor de la insulina, demostrando su importancia en la supervivencia celular y su potencial uso terapéutico en degeneraciones del sistema nervioso. En 2007, cofundó Proretina Therapeutics.
Ha recibido diversos reconocimientos, incluyendo el VIII Premio de Divulgación Feminista Carmen de Burgos en 2001 por su artículo “Mujer y Ciencia desde la Europa del Sur”, y fue nombrada académica correspondiente de la Real Academia Nacional de Farmacia en 2003. Además