Gabriella Morreale de Escobar nació en Milán, Italia, en 1930, pero su carrera científica se desarrolló principalmente en España. Se formó en Química en la Universidad de Granada, donde conoció a su esposo y colaborador, Francisco Escobar del Rey. Juntos, pudieron crear los cimientos de la endocrinología moderna en España, centrados mayoritariamente en el estudio de la función tiroidea y el metabolismo del yodo.
Uno de sus mayores logros fue la implementación del cribado neonatal para el diagnóstico precoz del hipotiroidismo congénito en España sobre el 1980. Gracias a esta prueba, miles de recién nacidos pudieron recibir el tratamiento temprano, evitando graves discapacidades intelectuales. Su
investigación fue clave para demostrar la relación entre la deficiencia de yodo en el embarazo y el daño neurológico en el feto, lo que impulsó la adopción de políticas de yodación de la sal como estrategia de salud pública.
Morreale fundó y dirigió el laboratorio de investigación sobre hormonas tiroideas en el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Madrid, convirtiéndose en una referencia mundial en endocrinología. A lo largo de su carrera, publicó numerosos estudios científicos y colaboró con organismos internacionales como la OMS para combatir los trastornos por deficiencia de yodo.
Su legado dió a conocer la investigación, ya que contribuyó a mejorar la salud de generaciones mediante avances en prevención y tratamiento de enfermedades tiroideas. Falleció en 2017, dejando una huella imborrable en la ciencia y la medicina.