Hedy Lamarr, nacida Hedwig Eva Maria Kiesler en 1914 en Viena, fue una actriz e inventora cuya contribución a la tecnología resultó revolucionaria. Desde joven mostró interés por la ingeniería, influenciada por su padre. A pesar de ello, su belleza la llevó al cine europeo y a Hollywood, donde se convirtió en una estrella con películas como "Argel" (1938) y "Sansón y Dalila" (1949). Sin embargo, su verdadera pasión era la invención. Durante la Segunda Guerra Mundial, junto al compositor George Antheil, desarrolló el "salto de frecuencia", una técnica para evitar la interferencia en las señales de radio de los torpedos teledirigidos. Inspirándose en los rollos de pianola, diseñaron un sistema que permitía cambiar de frecuencia automáticamente, dificultando su detección. Aunque su invención no fue utilizada de inmediato, sentó las bases para tecnologías como Wi-Fi, Bluetooth y GPS. En 1997, recibió reconocimiento por su contribución científica con el Premio Pioneer de la Electronic Frontier Foundation. A pesar de no haber recibido beneficios económicos por su invención, su legado ha sido reivindicado con documentales y homenajes que destacan su inteligencia y visión innovadora. Falleció en 2000, dejando una huella imborrable tanto en el cine como en la tecnología, siendo hoy recordada como una pionera de la comunicación inalámbrica y un ejemplo de que la creatividad no tiene límites. Su historia ha servido de inspiración para muchas mujeres en la ciencia y la tecnología, y su legado sigue vivo en cada dispositivo que emplea comunicación inalámbrica. En su honor, el Día del Inventor en Austria y Alemania se celebra en su cumpleaños.