Hedy Lamarr, nacida como Hedwig Eva Maria Kiesler el 9 de noviembre de 1914 en Viena, Austria, fue una de las actrices más icónicas de la Época Dorada de Hollywood y, al mismo tiempo, una inventora visionaria cuyo trabajo sentó las bases de tecnologías modernas como el Wi-Fi, el GPS y el Bluetooth. Su vida estuvo marcada por el talento, la belleza y una curiosidad inagotable que la llevó a destacarse tanto en el cine como en la ciencia.
Desde temprana edad, Lamarr mostró una inclinación por la creatividad y el arte. Criada en una familia judía acomodada, recibió una educación de alto nivel y desarrolló una gran fascinación por la ingeniería y la mecánica, aunque su belleza excepcional la llevó a incursionar en el cine a una edad temprana. A los 16 años inició estudios de arte dramático en Viena y pronto fue descubierto por la industria cinematográfica europea. Su gran salto a la fama llegó en 1933 con la película Éxtasis , una película vanguardista que generó controversia por sus escenas de desnudez y su enfoque en la expresión femenina del placer, algo inusual para la época.
Su carrera en Hollywood comenzó cuando Louis B. Mayer, el influyente jefe de MGM, la llevó a Estados Unidos y la presentó como la "mujer más bella del mundo". En poco tiempo, Lamarr se convirtió en una estrella, protagonizando películas junto a actores de la talla de Clark Gable, Spencer Tracy y Charles Boyer. Entre sus películas más destacadas se encuentran Argel (1938), Boom Town (1940), Comrade X (1940), White Cargo (1942) y Sansón y Dalila (1949), siendo esta última uno de los mayores éxitos de taquilla de la época. Su imagen de mujer exótica y sofisticada la convirtió en un ícono del glamour hollywoodense.
A pesar de su éxito en el cine, Lamarr no se sintió satisfecho con el papel de simple estrella de Hollywood. En su tiempo libre, se dedicaba a la invención ya la ingeniería, una pasión que había cultivado desde niña. Durante la Segunda Guerra Mundial, preocupada por el uso de torpedos teledirigidos y su vulnerabilidad a la interferencia enemiga, colaboró con el compositor George Antheil para desarrollar un sistema de comunicación basado en el espectro ensanchado por salto de frecuencia. Este sistema permitiría cambiar constantemente las frecuencias de la señal de control de los torpedos, haciendo que fuera casi imposible de interceptar o bloquear. Aunque en su momento la invención no fue implementada por el ejército, años más tarde se convirtió en la base para tecnologías inalámbricas esenciales en la actualidad.
A pesar de su brillantez como inventora, su contribución científica no fue reconocida en vida, y su carrera cinematográfica comenzó a declinar en la década de 1950. Lamarr tuvo una vida personal tumultuosa, marcada por seis matrimonios fallidos y dificultades financieras.