Jane Goodall, nació el 3 de 1934 en Londres, fué una primatóloga famosa por sus investigaciones sobre los chimpancés en Tanzania. En esta describió que utilizaban herramientas, esto demostró que los seres humanos no son los únicos que las usan. Fundó el Jane Goodall Institute en 1977 para promover la conservación y el bienestar de estos animales. Aparte, fué una defensora global del medio ambiente y sostenibilidad.Viajó por todo el mundo para promover estas causas y en 2002 fué nombrada mensajera de la paz de las naciones unidas, y sigue siendo una gran figura referente.
De niña, recibió de regalo un chimpancé de peluche al que su padre nombró «Jubilee». Su cariño al juguete fue el inicio de su amor por los animales. A la fecha, el juguete se encuentra en su casa en el sur de Inglaterra. Ella escribió en su libro, Reason for Hope (Motivo de esperanzas): «Las amistades de mi madre se horrorizaban con este juguete, pensando que me asustaría y me causaría pesadillas»
En 1964 se casó con el fotógrafo y videógrafo de National Geographic que había ido a registrar su trabajo, Hugo van Lawick. Tuvieron un hijo, Hugo Eric Louis y se divorciaron en 1974. Al siguiente año, se casó con Derek Bryceson (miembro del parlamento de Tanzania y director de parques nacionales), quien falleció de cáncer en octubre de 1980. Con su posición en el gobierno de Tanzania como dirigente del sistema de parques nacionales, Bryceson consiguió proteger la investigación de Goodall, así como poner en marcha una prohibición al turismo en Gombe mientras estuvo vivo.
Sin un trasfondo universitario que influenciara su investigación, Goodall observó cosas que las estrictas doctrinas científicas habrían pasado por alto. En vez de numerar a los chimpancés que observaba, les daba nombres, y notó que tenían personalidades únicas e individuales, una idea nada convencional para su tiempo. Además observó conductas como abrazos, besos, palmadas en la espalda e incluso cosquillas, las cuales nosotros consideramos como acciones «humanas».Goodall insiste que estos gestos son evidencia de «las relaciones afectivas, cercanas y de apoyo que se establecen entre miembros de la familia y otros individuos dentro de una comunidad, que puede tener una esperanza de vida de más de cincuenta años».Estos hallazgos sugieren que las similitudes entre humanos y chimpancés no sólo son genéticas sino que pueden ser vistas en las emociones, inteligencia y relaciones familiares y sociales.