Josefina Castellví, nació en 1935 en Barcelona. Hizo historia al convertirse en la primera mujer en dirigir una base científica en la Antártida. En 1984 lideró la Base Antártica Española, demostrando la capacidad de las mujeres en un entorno tradicionalmente masculino y en condiciones extremas.
Como microbióloga marina y oceanógrafa, ha dedicado su vida al estudio de los microorganismos en condiciones extremas, especialmente en aguas polares. Su investigación ha permitido comprender mejor la adaptación de la vida microbiana a temperaturas bajo cero.
Sus contribuciones a la investigación española en regiones polares han sido fundamentales para establecer la presencia científica del país en la Antártida. Ha recibido numerosos premios y distinciones, entre ellos la Medalla de Oro al Mérito Científico y la Cruz de Sant Jordi.
En el año 2000 se jubiló, pero no se retiró. Centró todos sus esfuerzos en divulgar su trabajo y en hacer llegar al gran público la importancia de la Antártida. En 2013, con 77 años, regresó una última vez para rodar un documental.
Se convirtió en una gestora científica de primer nivel. Además de dirigir la base durante cinco años, fue directora del ICM y fue responsable del programa nacional de investigación antártica. Dejó de lado su aportación a la ciencia para abrir puertas a que otros investigadores pudieran trabajar. Pepita decía que en los hielos antárticos están escritas las vivencias del planeta y trabajó para que cientos de científicos nos revelasen algunos de estos secretos.
Hoy, gracias al trabajo de gestión que inició Pepita, España cuenta con dos modernas bases en la Antártida. Y gracias a su empeño en la divulgación, el módulo de la antigua base que ella dirigió puede visitarse en el Museo CosmoCaixa en Barcelona.