Katherine Johnson (26 de agosto de 1918 – 24 de febrero de 2020) fue una brillante matemática, física e informática afroamericana cuya labor en la NASA resultó crucial para el éxito de los primeros vuelos espaciales de Estados Unidos. Desde temprana edad demostró un talento extraordinario para las matemáticas, lo que la llevó a iniciar sus estudios universitarios a los 15 años y graduarse con honores a los 18.
En 1953 ingresó al Comité Asesor Nacional para la Aeronáutica (NACA), organismo que más tarde se convertiría en la NASA. Allí comenzó trabajando como “calculadora humana”, resolviendo complejos problemas matemáticos a mano, en una época en la que las computadoras electrónicas aún no eran de uso generalizado. A pesar de las barreras raciales y de género de su tiempo, Johnson se abrió paso en un entorno mayoritariamente masculino y blanco, integrando el equipo de Guía y Control en el Centro de Investigación de Vuelo Langley, en Virginia.
Durante su carrera, su trabajo fue clave en misiones históricas. Calculó con precisión la trayectoria del vuelo de Alan Shepard, el primer estadounidense en el espacio (1961), y verificó los cálculos de la órbita de John Glenn en 1962, después de que él mismo solicitara que fuera Katherine quien revisara los resultados de la computadora. También participó en el desarrollo de trayectorias para la misión Apolo 11, que llevó al primer ser humano a la Luna en 1969.
Tras su jubilación en 1986, dedicó sus últimos años a motivar a estudiantes a seguir carreras científicas. Fue reconocida con numerosos premios, incluyendo la Medalla Presidencial de la Libertad (2015) y la Medalla de Oro del Congreso (2019).
Katherine Johnson falleció a los 101 años, dejando un legado de excelencia científica, valentía y superación personal. Su historia inspiró libros, películas como Hidden Figures, y a generaciones enteras de mujeres y personas afroamericanas a soñar sin límites.