Creola Kaherine Johnson nació en 1918 en Estados Unidos. Fue una matemática, física y científica espacial afroamericana que contribuyó al desarrollo de la aeronáutica de los Estados Unidos y a sus programas espaciales en los años 60.
A los diez años, Johnson ya estaba en el instituto. A los 18, se había graduado en Matemáticas. Pero como mujer, y sobre todo mujer de color, su educación y su vida profesional estuvo llena de barreras. El racismo también limitaba sus opciones, aunque su talento parecía no tener límites.
Su facilidad para la geometría analítica puso las bases para el éxito de las misiones espaciales más importantes de la NASA, entre ellas los primeros vuelos tripulados a la Luna. Pero como otras mujeres negras que entonces trabajaron para la Agencia Espacial estadounidense, Johnson fue una desconocida hasta 2016, cuando una escritora publicó su historia. El libro y la posterior película nominada a los Óscar, que narran la historia de las «computadoras» de la NASA (las mujeres que literalmente planificaban y computaban las trayectorias aeronáuticas y astronáuticas), otorgaron fama mundial a Johnson cuando ya tenía más de 90 años.
Durante su carrera de 35 años en la agencia aeroespacial americana se ganó la reputación de dominar los cálculos manuales complejos y contribuyó al uso pionero de computadoras para realizar tareas.
Katherine G. Johnson se negó a que la limitaran las expectativas de la sociedad respecto a su género y su raza y expandió las fronteras de la humanidad, murió a los 101 años