Katherine Johnson nació el 26 de agosto de 1918 en White Sulphur Springs, Virginia Occidental, EE. UU. Desde pequeña, mostró un talento excepcional para las matemáticas. Contaba todo lo que veía y tenía una curiosidad innata por los números. Su familia, consciente de su potencial, se aseguró de que tuviera acceso a una educación de calidad, a pesar de las dificultades para las personas afroamericanas en la época. Como en su pueblo no había escuela secundaria para estudiantes negros, su familia se mudaba cada año a un pueblo vecino para que pudiera seguir estudiando.
A los 15 años, ingresó en la Universidad Estatal de Virginia Occidental, donde estudió Matemáticas y Francés, graduándose con honores en solo tres años. Su habilidad para los cálculos matemáticos la llevó a trabajar en la NASA en 1953, en el Departamento de Guía y Navegación. Allí se convirtió en una pieza clave en la exploración espacial, siendo responsable del cálculo de trayectorias de misiones históricas.
Entre sus logros más destacados, ayudó a calcular la trayectoria del primer vuelo espacial tripulado de EE. UU. y desempeñó un papel fundamental en la misión Apolo 13 en 1970. Cuando la nave sufrió una grave avería en el espacio, sus cálculos fueron clave para traer a los astronautas de regreso a salvo. También fue una de las primeras en trabajar con ordenadores en la NASA, contribuyendo a la confianza en esta nueva tecnología y escribiendo el primer manual de viajes espaciales.
Además de su labor científica, Katherine Johnson rompió barreras de género y raciales en una época en la que las mujeres, y especialmente las mujeres afroamericanas, enfrentaban grandes obstáculos en el mundo académico y profesional. Fue la primera mujer afroamericana en ser admitida en la Universidad de Virginia Occidental para estudiar un doctorado.
Su trabajo y legado fueron reconocidos con numerosas distinciones, entre ellas la Medalla Presidencial de la Libertad, otorgada por el presidente Barack Obama en 2015.
Katherine Johnson falleció el 24 de febrero de 2020 a los 101 años, dejando un legado imborrable en la historia de la exploración espacial y la ciencia. Su vida es un ejemplo de perseverancia, inteligencia y valentía.