Érase una vez, una científica que revolucionó la evolución de las células completamente, se le conocía como Lynn Margulys
Al inicio, su vida no se distinguía de la de cualquier otra niña curiosa, vivía con sus padres en y sus tres hermanas en Chicago.
Cuenta la leyenda que estudió en el instituto público Hyde Park, con el tiempo, la obligaron a trasladarse a otro instituto, todo ello empeoró la relación que tenía con su familia. Nuestra protagonista no soportaba estar lejos de sus amigos, decidió escaparse y acabó entrando en la Universidad de Chicago.
Su historia dio un giro de 360 grados cuando conoció a Carl Sagan, quien fue su primer marido, con él tuvo dos hijos, y aunque las malas lenguas e incluso ella aceptaban que era una egocéntrica y tenía un carácter fuerte, también se decía que dedicó mucho tiempo a su familia. Sin embargo, con el tiempo su ritmo de vida fue aumentando y se acabó divorciando por el exceso de trabajo.
Pero sus romances no se quedaron aquí, con el tiempo se volvió a casar con Thomas Margulys con quien volvió a tener dos hijos, pero tampoco acabó bien, se sospecha que, al centrarse demasiado en la ciencia, esto provocó que acabara repercutiendo en sus relaciones personales.
En cuanto a su trayectoria como científica tuvo ciertos problemas ya que algunas veces sus teorías eran rechazadas porque desafiaba las bases de la biología tradicional, sobre todo innovó en la Universidad de Boston durante 22 años, también pasó por la prestigiosa Universidad de California en Berkeley y se especializó en genética y microbiología.
La historia de su vida finalizó con 73 años a causa de un derrame cerebral el 22 de noviembre de 2011 pero su familia mostró su admiración y orgullo hacia ella y la comunidad científica sigue influenciada sobre todo en el siglo XX por sus teorías y aportaciones a la biología evolutiva.