Lise Meitner nació en Viena, Austria, en 1878. Desde joven mostró un gran interés por la ciencia, especialmente la física, en una época en la que las mujeres tenían muchas dificultades para acceder a estudios superiores. A pesar de ello, logró convertirse en una de las primeras mujeres en estudiar física en la Universidad de Viena, donde se doctoró en 1906.
Más tarde, se trasladó a Berlín para continuar su carrera científica. Allí comenzó a trabajar con el químico Otto Hahn, formando un equipo muy importante en el estudio de la radiactividad. Juntos descubrieron varios nuevos elementos y realizaron experimentos clave para entender el átomo, como el estudio de los productos de la desintegración radiactiva.
Uno de sus mayores logros fue la interpretación teórica de la fisión nuclear, en 1938. Aunque Otto Hahn hizo el experimento, fue Meitner quien explicó lo que realmente estaba ocurriendo a nivel físico, junto a su sobrino, el físico Otto Frisch. Sin embargo, debido a que era mujer y judía (y por tanto perseguida por el régimen nazi), no fue reconocida con el Premio Nobel, que solo recibió Hahn.
Durante la Segunda Guerra Mundial, tuvo que huir de Alemania y se refugió en Suecia, donde siguió trabajando en física. A pesar de las dificultades, nunca apoyó el uso militar de la energía nuclear y defendió una ciencia al servicio de la paz. Aunque no fue reconocida como merecía en su época, hoy es considerada una de las grandes científicas del siglo XX y un símbolo de la lucha por el reconocimiento de las mujeres en la ciencia. En su honor, un elemento químico lleva su nombre: el Meitnerio (Mt).