Lise Meitner nació el 7 de noviembre de 1878 en Viena, en el seno de una familia judía de intelectuales. Fue la segunda de ocho hijos y desde pequeña mostró un notable interés por las ciencias. Aunque en su época las mujeres no tenían acceso a la educación superior como los hombres, Meitner luchó por seguir su pasión por la física, una disciplina predominantemente masculina. Su formación universitaria comenzó en la Universidad de Viena, donde en 1906 completó su doctorado en física bajo la supervisión de Ludwig Boltzmann, uno de los científicos más destacados de su tiempo.
Tras finalizar sus estudios, Meitner se trasladó a Berlín en 1907, donde comenzó una colaboración profesional de gran importancia con Otto Hahn, un físico alemán con el que establecería una alianza científica que duraría más de tres décadas. En Berlín, a pesar de su talento y su creciente reputación en el ámbito científico, se enfrentó a una discriminación feroz por ser mujer. Aunque sus descubrimientos fueron cruciales, se le prohibió el acceso a muchos de los laboratorios más importantes de la época, y tuvo que trabajar durante años sin salario, lo que refleja las severas dificultades que enfrentaba para desarrollar su labor en un contexto profundamente patriarcal.
A pesar de estas barreras, Meitner desarrolló investigaciones pioneras en radiactividad y física nuclear, contribuyendo de manera fundamental al entendimiento de los procesos atómicos. Junto a Hahn, trabajó en la desintegración radiactiva del uranio, y fue su trabajo el que sentó las bases para el desarrollo de la teoría nuclear moderna. En 1926, Meitner alcanzó un hito importante al convertirse en la primera mujer profesora de física en Alemania, un logro excepcional que reflejaba tanto su capacidad científica como su determinación en un entorno que apenas permitía la participación femenina en los ámbitos académicos más altos.
A pesar de estos logros, su carrera se vio truncada por el ascenso del nazismo en Alemania. Meitner, de origen judío, se vio obligada a huir de Berlín en 1938, justo en un momento en que estaba a punto de realizar uno de los descubrimientos más trascendentales de la historia de la ciencia. Al llegar a Suecia, continuó sus investigaciones, y fue allí donde interpretó, a partir de los experimentos de Otto Hahn, que el bombardeo de uranio con neutrones podía dividir el núcleo del átomo, liberando una enorme cantidad de energía. Este fenómeno fue lo que más tarde se conocería como fisión nuclear, un hallazgo que abriría la puerta a la energía nuclear y, trágicamente, a la creación de armas nucleares.
Pese a que Meitner jugó un papel crucial en la interpretación de la fisión nuclear, el Premio Nobel de Química de 1944 fue otorgado únicamente a Otto Hahn, su colega de tantos años, en una de las decisiones más controvertidas de la historia de la ciencia.
Lise Meitner murió el 27 de octubre de 1968 en Cambridge, Inglaterra, sin haber sido reconocida adecuadamente por su trabajo.