Lynn Margulis (1938-2011), bióloga estadounidense, ideó la teoría de la endosimbiosis serial, que tenía visiones bastante radicales sobre la evolución. Sostenía que las células eucariotas (que tienen núcleo y orgánulos) se desarrollaron a partir de una especie de asociación entre diferentes especies de bacterias más simples. Su hipótesis era que las mitocondrias y los cloroplastos son restos de bacterias que una célula nucleada más primitiva fagocitó. En lugar de ser destruidas, estas bacterias entraron en una relación simbiótica con la célula huésped, por lo que ambas se beneficiaron mutuamente. Con el tiempo, estas bacterias simbióticas se convirtieron en partes esenciales de la célula después de perder su independencia y haberse transformado en orgánulos especializados.
Su perspectiva de la evolución basada en la competencia desafió el principio del darwinismo; propuso la cooperación como la principal fuerza detrás de la biodiversidad y el desarrollo de nuevas formas de vida. Amplió el concepto de simbiogénesis, que articulaba la importancia de la simbiosis en la evolución de los organismos en múltiples niveles y la diversificación biológica. Sin embargo, esa teoría fue recibida inicialmente con pinzas, pero finalmente fue validada a través de evidencia genética en la década de 1980, que demostró que las mitocondrias y los cloroplastos llevan su propio ADN, como el de las bacterias, lo que sugiere que alguna vez fueron entidades vivientes separadas.
Junto con su trabajo sobre la endosimbiosis, también trabajó con James Lovelock y crearon la hipótesis de Gaia, que afirma que la Tierra es un sistema autorregulado en el que las formas de vida interactúan con su entorno físico para mantener condiciones estables para la vida. Este concepto ha dado lugar a desarrollos influyentes en el pensamiento ecológico y en nuestra comprensión de las interconexiones entre los sistemas biológicos y geológicos del planeta.
Durante toda su carrera desafió el pensamiento convencional y defendió sus ideas con gran determinación. Su tenacidad le permitió hacer frente a las críticas y la resistencia durante su vida. Mucho después, cuando sus ideas se asentaron en la mente de muchos, cambiaron profundamente el curso de la biología evolutiva, la microbiología y la ecología. De hecho, fue una de las científicas más influyentes del siglo XX.