Margarita Salas nació en 1938, en un pueblo asturiano llamado Canero, aunque al poco tiempo se trasladó a Gijón donde pasaría gran parte de su infancia y adolescencia. Margarita creció en el seno de una familia de médicos que cultivó en ella el interés por las ciencias.
Con 16 años se trasladó a Madrid para hacer las pruebas de acceso a la Universidad. No sabía si cursar Medicina o Química. Al final se decidió en estudiar química. Durante los primeros años en la Universidad descubrió su gran pasión que marcaría su carrera como científica: investigar durante horas en el laboratorio de química orgánica. Esta dedicación le llevó a afirmar que “la vocación científica no nace, se hace”
En 1958, conoció a Severo Ochoa quien se convirtió en si primera gran influencia en el ámbito científicos y quien orientaría la carrera de Margarita hacia la bioquímica. Y es que fue el médico español quien aconsejó realizar su tesis doctoral en este ámbito. Para lograrlo, Severo escribió una carta al bioquímico Alberto Sols en la que destacó el excelente trabajo de Margarita. Sols acabó aceptando la petición del premio Nobel.
Entre 1964 y 1967 reside en Estados Unido, trabajando en el Departamento Científico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. A su regreso. Margarita Salas y su marido, Eladio Viñuela, potencian la investigación en el campo de la bioquímica y la biología molecular.
Sin embargo, Severo Ochoa era consciente de la poca ‘visibilidad’ que podría tener la científica en un mundo dominado por hombres. Por esta razón, decidió separar profesionalmente a Margarita Salas de su marido. También Eladio fue consciente de esta desigualdad y abandonó por voluntad propia la investigación que compartían comenzando a trabajar por separado.
Entre 1968 y 1992, Margarita Salas fue profesora de Genética Molecular de la Facultad de Químicas de la Universidad Complutense. Y, desde 1977, trabaja en el Centro de Biología Molecular “Severo Ochoa”. También demostró que su maquinaria genética podría abrir nuevas posibilidades en el campo de la biología molecular.
El descubrimiento de Salas de la ADN polimerasa del virus Φ29 fue reconocido por el Consejo Nacional de Investigaciones.
En cuanto a los premios y reconocimientos obtenidos por Margarita Salas, la lista es enorme.
En 2007 se convierte en la primera mujer española en ingresar en la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Salas también entra a formar parte de la American Academy of Microbiology (1996) y a la American Academy of Arts and Sciences (2005). Además, fue Miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1988) y de la Real Academia Española (2003)
Y fue investida Doctora Honoris Causa por diferentes universidades.
Poco antes de su muerte, recibió el Premio al Inventor Europeo de 2019. Salas fue elevada a la nobleza española por el rey Juan Carlos I en el verano de 2008 con el título hereditario de Marquesa de Canero.
Falleció en Madrid en 2019.