Margarita Salas Falgueras fue una bioquímica española muy destacada. Nació el treinta de noviembre de 1938 en Canero, España y falleció el siete de noviembre de 2019 en Madrid.
Fue licenciada en ciencias químicas, y fue alumna de Severo Ochoa; quien fue un médico y científico español. También trabajó con Alberto Sols y con Eladio Viñuela, en Madrid, amos se encargaron de ayudar e impulsar la investigación en el campo de la bioquímica y de la biología molecular.
Los padres de Margarita Salas fueron un psiquiatra y neurólogo José Salas Martinez y una maestra, Margarita Falgueras Gatell, y tuvo dos hermanos también científicos, llamados Jose Salas y Maria Luisa Salas, conocida también como “Marisa”. Muchas personas consideran también a Severo Ochoa como parte de la familia ya que se consideró su discípula e influye en ella alentando su interés por las ciencias.
Estudió Ciencias Químicas en la Universidad Complutense de Madrid y realizó su Tesis Doctoral en Enzimología en el Instituto Gregorio Marañón. En 1964, se trasladó a Nueva York al laboratorio del Profesor Severo Ochoa, donde contribuyó decisivamente a muchos de los trabajos que se desarrollaron en esa época. Así, participó en la determinación de la dirección de lectura del mensaje genético, identificó diversos factores implicados en la biosíntesis de proteínas, determinó la presencia de formilmetionina como iniciador de las proteínas bacterianas y demostró que el triplete UAA da lugar a la terminación de la cadena polipeptídica. En 1967, Margarita acompañada de su marido Eladio Viñuela regresó a España, al Centro de Investigaciones Biológicas del CSIC (que ahora lleva su nombre) para organizar el primer laboratorio de Biología Molecular de nuestro país. Su labor en este campo ha tenido una amplitud extraordinaria, revelando la existencia de un nuevo mecanismo de iniciación de la replicación mediado por la proteína terminal del fago y demostrando que se puede sintetizar in vitro su DNA completo, utilizando esta proteína y la DNA polimerasa viral como únicos componentes proteicos. Por último, el trabajo de Margarita ha tenido una notable repercusión biotecnológica, ya que formas recombinantes de la DNA polimerasa de Φ29 generadas en su laboratorio se utilizan en diversos campos, incluyendo los proyectos internacionales de secuenciación de genomas.
Su actividad científica asciende a más de 3000 publicaciones en revistas y libros internacionales y ha supervisado más de 28 tesis doctorales.
Según Real Decreto 1175/2008, se le concede el título de Marquesa de Canero. Depositó en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un legado que permaneció guardado hasta el 27 de enero de 2018. Se trataba de dos cuadernos con notas de sus investigaciones en el laboratorio de Severo Ochoa en la Universidad de Nueva York.
Recibió el premio al Inventor Europeo 2019 de la Oficina Europea de Patentes unos meses antes de su fallecimiento en Madrid.