Maria Sibylla Merien

Centro Educativo:
CEIP Lope de Vega

Principales hitos

"In my youth I studied the insects".

Biografía de Maria Sibylla Merien

María Sibylla Merian fue una niña que vivió hace muchísimos años, cuando aún no había electricidad ni coches, y las personas pensaban cosas raras sobre los insectos. Nació en Alemania en el año 1647, y desde que era pequeña le encantaba mirar muy de cerca las flores, los bichos y las plantas. Mientras otras niñas jugaban a las muñecas, ella salía al jardín a observar mariposas, escarabajos y orugas.

A María le gustaba muchísimo dibujar. Su papá también era artista y ella aprendió a pintar como él. Pero lo que más le gustaba pintar eran los animalitos pequeñitos que casi nadie quería mirar. Todos decían que los insectos eran asquerosos y que salían del barro o de cosas podridas, pero María no creía eso. Ella los observaba con calma, los cuidaba en cajitas y veía cómo cambiaban de forma. Descubrió que una oruga no se convertía en bicho feo, sino en una mariposa hermosa.

Cuando creció, no dejó de investigar. Viajó muy lejos, hasta un país con plantas y animales que nunca había visto. Ese país se llamaba Surinam. Allí pintó animales de colores, flores enormes y mariposas que parecían sacadas de un cuento de hadas. Ella no usaba cámaras ni tenía microscopio, solo papel, pinceles y mucha paciencia. Escribía todo lo que veía y lo dibujaba muy bonito.

Lo más importante que descubrió fue cómo los insectos nacen, crecen, cambian y se transforman. Eso se llama metamorfosis. Ella demostró que los bichos no aparecían por magia, como creían en su época. Por eso fue muy valiente, porque era mujer y en ese tiempo casi nadie escuchaba a las mujeres científicas. Pero a ella no le importó, y siguió trabajando en lo que le gustaba.

María hizo libros con sus dibujos y muchas personas empezaron a aprender gracias a ella. Hoy, sus ilustraciones todavía se usan en museos y libros de ciencia. Gracias a su trabajo, ahora sabemos muchas cosas sobre los insectos. A mí me parece que fue muy lista y también muy valiente.

Me gusta pensar que María no solo miraba con los ojos, sino también con el corazón. Porque para cuidar la naturaleza, hay que quererla primero. Y eso fue lo que hizo ella: mirar, aprender y enseñar a los demás que hasta el animal más pequeño tiene su lugar en el mundo.

Por eso, cuando veo una mariposa o una oruga, me acuerdo de María Sibylla Merian. Y me dan ganas de dibujarla, como hacía ella, con mucho detalle y mucho cariño.