Marie Curie nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia y murió el 4 de julio de 1934 en Francia, debido a una anemia aplásica, una enfermedad de la médula ósea que impide la producción de células sanguíneas provocada por la exposición prolongada ante la radiación. Fue una física y química, destacando sobre todo en el campo de la radiactividad. Estudió en la Sorbona, en París. Allí, fue la primera mujer en obtener un doctorado en ciencias. Estaba casada con Pierre Curie, con quien realizó investigaciones hasta que finalmente él murió en 1906.
Marie Curie, junto a su marido Pierre Curie descubrió la radiactividad. Ella estaba investigando la radiactividad, previamente descubierta por Henri Becquerel en 1896. Ella se dedicó al estudio de minerales, concretamente la pechblenda (óxido de uranio) y notó que emitía radiación. A partir de ese mineral, ellos consiguieron aislar un nuevo elemento, el polonio. Fue descubierto en julio de 1898 y fue uno de los primeros elementos encontrados con esta propiedad, su nombre viene de Polonia (país natal de Marie Curie). Posteriormente, en diciembre de 1898, descubrieron el radio. También tenía una radiactividad alta y en este caso un brillo azul verdoso.
Estos descubrimientos confirmaron la radiactividad y no solo en el uranio, y ayudaron a saber que el modelo atómico planteado por Dalton no era verídico, ya que la radiactividad se debe a las partículas subatómicas del átomo que para Dalton eran inexistentes.
Aparte de su descubrimiento junto a Pierre Curie, ella desarrolló unas unidades móviles de radiografía, más conocidas como “Little Curies”, que fueron de gran ayuda para el diagnóstico y tratamiento de soldados heridos. También, instaló más de 200 salas de radiografía en hospitales de campaña y explicó su uso a más de 150 enfermeras. Además de esto, ella diseñó vehículos equipados con sus máquinas de rayos X y generadores eléctricos, para poder llevarlos a los frentes de batalla.
Marie Curie utilizó sus conocimientos sobre la radiactividad para producir agujas de radio que fueron de gran ayuda sobre todo para esterilizar heridas, pero también fueron usadas para reducir tumores. Este uso que ella dio al radio fue el que sentó las bases de la radioterapia moderna.
Ella fue a los campos de batalla para salvar vidas utilizando sus máquinas de rayos X, sin importarla la continua exposición a la radiación y el peligro de estar entre los bombardeos. Su contribución fue de gran ayuda para salvar miles de vidas, a pesar de su esfuerzo y de las vidas que salvó, el gobierno francés nunca la dio un reconocimiento oficial por ello.
Finalmente, con mucho esfuerzo ella consiguió ganar dos premios nobel, siendo la primera persona en la historia en conseguirlos en dos campos distintos.