Marie Curie nació el 7 de noviembre de 1867 en la ciudad de Varsovia, que en aquel entonces formaba parte del Imperio Ruso. Desde muy joven, enfrentó grandes tragedias personales. A la edad de 11 años, perdió a una de sus hermanas, un golpe devastador que marcó profundamente su vida. Poco después, sufrió la pérdida de su madre, quien falleció debido a la tuberculosis. A pesar de estas tragedias, Marie se destacó por su increíble dedicación y perseverancia, convirtiéndose en una estudiante excepcional. Se graduó con notas muy altas, y continuó con su educación superior, aunque se encontró con la difícil realidad de que las mujeres no podían matricularse en las universidades de su país. Esta discriminación de género no la detuvo, y decidió continuar su educación de manera no oficial, uniéndose a un grupo de mujeres que estudiaban a escondidas.
En 1891, Marie Curie tomó la valiente decisión de trasladarse a París para poder acceder a una educación científica de mayor calidad. En la capital francesa, adoptó el nombre de Marie, abandonando el "María" que había usado en Varsovia. Se inscribió en la Universidad de la Sorbona, donde se dedicó a estudiar Física y Matemáticas. En pocos años, Marie se destacó entre sus compañeros, alcanzando el primer puesto en su promoción, lo que le valió el respeto y reconocimiento dentro de la comunidad académica.
Marie Curie se hizo mundialmente conocida por su extraordinario trabajo en el campo de la radiactividad. Su fama se consolidó, en parte, debido a la trágica muerte de su esposo, Pierre Curie, quien también era científico. Después de su fallecimiento, Marie continuó con su investigación, lo que la llevó a ser una de las personalidades más influyentes de la ciencia moderna. De hecho, fue la primera mujer en ganar no uno, sino dos premios Nobel, uno en 1903, compartido con su esposo Pierre y Henri Becquerel, en el campo de la Física, y otro en 1911, en Química, por su descubrimiento del radio y el polonio.
Además de sus logros científicos, Marie Curie también hizo historia como la primera mujer en ser nombrada profesora en la Universidad de París, un hito importante para las mujeres en el ámbito académico. A lo largo de su vida, su dedicación y pasión por la ciencia contribuyeron de manera significativa al avance del conocimiento humano, y su legado perdura como un símbolo de la lucha por la igualdad y el empoderamiento femenino en la ciencia.