Marie Curie (1867-1934) fue una científica excepcional que dejó una huella profunda en la historia. Nació en Polonia, pero en su país no podía estudiar en la universidad solo por ser mujer. Entonces, decidió mudarse a Francia para seguir su sueño de ser científica. Allí, conoció a Pierre Curie, un físico que más tarde se convertiría en su esposo. Juntos hicieron descubrimientos muy importantes. Fueron los primeros en identificar dos nuevos elementos, el polonio y el radio, y también investigaron la radiactividad, un concepto que Marie Curie inventó. Gracias a su increíble trabajo, ganó dos Premios Nobel, uno en Física y otro en Química, siendo la primera persona en obtener dos de estos premios. Durante la Primera Guerra Mundial, ideó una manera de ayudar a los soldados heridos. Creó unidades móviles de rayos X, que permitieron a los médicos examinar rápidamente las lesiones de los soldados en el campo de batalla. Aunque la exposición a la radiación afectó su salud, Marie nunca dejó de investigar. Su pasión por la ciencia y su perseverancia fueron más fuertes que cualquier dificultad. Hoy, su legado sigue siendo una gran inspiración para científicos y personas de todo el mundo. Marie Curie nos demostró que, con dedicación, esfuerzo y una mente curiosa, no hay límites para lo que podemos lograr. Su historia sigue inspirando a aquellos que desean cambiar el mundo y seguir sus sueños, sin importar los obstáculos. Su trabajo nos enseñó que nunca debemos rendirnos y que la ciencia tiene el poder de mejorar la vida de las personas, incluso en los momentos más oscuros.