Mary Cartwright (1900-1998) fue una destacada matemática británica. Se graduó con honores en matemáticas en Oxford en 1923 y obtuvo su doctorado en 1928 bajo la supervisión de G. H. Hardy. Durante la Segunda Guerra Mundial, su trabajo con John Littlewood sobre ecuaciones diferenciales en sistemas de radar llevó a descubrimientos pioneros en la teoría del caos. Publicó más de cien artículos y sus investigaciones influyeron en la aerodinámica y la electrónica.
Fue la primera mujer en presidir la London Mathematical Society (1961), donde se enfrentó a un entorno académico dominado por hombres. Una anécdota reveladora cuenta cómo, durante una reunión, un colega cuestionó su autoridad con un comentario condescendiente. Cartwright, conocida por su elegancia y firmeza, respondió con una demostración impecable de un problema matemático complejo, silenciando las dudas y ganando respeto inmediato. Su presidencia impulsó políticas para fomentar la participación femenina, sentando un precedente en la inclusión académica.
En la Royal Society, su trabajo fue reconocido con la Medalla Sylvester en 1964, un honor reservado a las mentes más brillantes. La ceremonia destacó por su discurso, donde Cartwright subrayó la importancia de la colaboración interdisciplinaria, citando su trabajo con John Littlewood durante la Segunda Guerra Mundial. Juntos resolvieron ecuaciones diferenciales críticas para sistemas de radar, investigación que, aunque inicialmente pragmática, abrió camino a la teoría del caos. Un colega recordaría años después cómo Cartwright, incluso en medio del caos bélico, mantenía humor seco: "Las ecuaciones no entienden de guerras, solo de soluciones".
Su legado en ambas instituciones refleja una combinación de rigor científico y humanidad, rompiendo barreras y redefiniendo el papel de la mujer en la ciencia.
En 1969, fue nombrada Dama del Imperio Británico.