Maryam Mirzakhani nació en 1977 y su vida fue un ejemplo de tenacidad, desde sus comienzos, en un Irán de postguerra, hasta transformarse en la primera mujer en obtener la Medalla Fields, el máximo reconocimiento en el campo de las matemáticas.
A pesar de que aspiraba a ser escritora, su encuentro con dificultades matemáticas durante la adolescencia cambió su dirección. Puede parecer asombroso, pero tenía malas notas en matemáticas durante la primaria, hasta que un docente de la secundaria la motivó a continuar. Así acabó sobresaliendo en los juegos olímpicos internacionales: consiguió medallas de oro en 1994 y 1995, la última con puntuación perfecta. Estos éxitos no solo evidenciaron su talento, sino también su habilidad para abordar desafíos en un lugar donde las mujeres científicas eran escasas.
Después de obtener su título en la Universidad Sharif de Tecnología (1999), obtuvo su doctorado en Harvard (2004) bajo la guía de Curtis McMullen, otro ganador de Fields. Su trabajo acerca de la geometría hiperbólica y las superficies de Riemann soluciona cuestiones que habían estado sin resolver durante décadas, publicando sus hallazgos en publicaciones de renombre como el Journal of the American Mathematical Society. Su perspectiva interdisciplinaria fusionó disciplinas como la teoría ergódica y los sistemas dinámicos, analizando estructuras complejas como los espacios de moduli. Mirzakhani enfrentaba los desafíos de manera creativa: dibujaba garabatos en hojas grandes, visualizando ideas antes de convertirlas en ecuaciones. Esta técnica, que ella equiparaba a "estar enredada en una jungla”, mostraba su paciencia y tenacidad.
En 2014, su nombre marcó un precedente en la historia. La Medalla Fields distinguió su labor en la simetría de superficies hiperbólicas y su impacto en la topología, resaltando su singularidad al combinar diferentes técnicas. Este logro no solo cuestionó estereotipos de género, sino que motivó a mujeres alrededor del mundo, particularmente en Irán, donde su éxito fue festejado incluso con fotografías sin hijab en medios estatales, desmantelando barreras.
Mirzakhani, diagnosticada con cáncer de mama en 2013, afrontó su enfermedad con la misma resolución que sus dificultades matemáticas.
Murió en 2017, pero su herencia persiste: en 2018, se estableció el 12 de mayo (su cumpleaños) como el Día Internacional de las Mujeres Matemáticas. Su carrera, guiada por la paciencia y la inquisitividad, continúa siendo un faro para aquellos que consideran que "La belleza de las matemáticas solo se muestra a los seguidores más pacientes".
Maryam Mirzakhani evidenció que la hermosura en las matemáticas no es inmediata, sino el producto de la constancia. Su relato, construido entre ecuaciones y garabatos, continúa motivando a aquellos que persiguen soluciones en el cosmos abstracto de los números.