May-Britt Moser

Centro Educativo:
Santa Catalina Labouré

Principales hitos

No pienso en ser hombre o mujer, simplemente me comporto con naturalidad. Pienso en términos de excelencia científica, no de género.

Biografía de May-Britt Moser

May-Britt Moser nació en 1963 en Noruega y, desde muy joven, mostró un profundo interés por comprender el comportamiento humano. Estudió Psicología en la Universidad de Oslo, donde pronto se especializó en neurociencia, área en la que obtuvo su doctorado en 1995. Junto a su esposo y colaborador, Edvard Moser, inició una brillante carrera científica centrada en el estudio de los mecanismos cerebrales que regulan la orientación y el desplazamiento espacial.

Uno de sus descubrimientos más relevantes fue el de las llamadas “células de la cuadrícula”, un tipo de neuronas localizadas en el cerebro que permiten a los seres humanos y otros animales ubicarse en el espacio, creando una especie de mapa interno del entorno. Estas células son fundamentales para el sistema de posicionamiento cerebral, ya que actúan como un GPS biológico, ayudando a comprender cómo el cerebro calcula la ubicación y el movimiento. Este hallazgo revolucionó el campo de la neurociencia y les valió a los Moser, junto con el científico John O’Keefe, el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2014.

May-Britt Moser no solo ha contribuido al conocimiento básico del cerebro, sino que también ha impulsado avances en el estudio de enfermedades neurológicas, como el Alzheimer, donde la pérdida de la orientación espacial es uno de los síntomas más tempranos. Sus investigaciones ayudan a entender cómo se deterioran estas funciones y abren puertas para nuevos enfoques terapéuticos.

En Noruega, fundó y dirige el Centro de Computación Neural, un referente internacional en el estudio de la memoria, la cognición y los procesos neuronales complejos. Gracias a su enfoque innovador y riguroso, ha sido galardonada con numerosos premios científicos a lo largo de su carrera.

El legado de May-Britt Moser no solo reside en sus descubrimientos, sino también en su capacidad de inspirar a futuras generaciones de científicos, especialmente a mujeres que sueñan con abrirse paso en el mundo de la ciencia. Su vida y trabajo demuestran que el conocimiento profundo del cerebro es clave para entender quiénes somos, cómo nos movemos en el mundo y cómo pensamos.