Nettie Maria Stevens (7 de julio de 1861 – 4 de mayo de 1912) fue una genetista estadounidense que descubrió los cromosomas sexuales. En 1905, poco después del redescubrimiento del artículo de Mendel sobre genética en 1900, observó que los gusanos machos de la harina producían dos tipos de espermatozoides, uno con un cromosoma grande y otro con un cromosoma pequeño. Cuando los espermatozoides con el cromosoma grande fertilizaron óvulos, produjeron descendencia femenina, y cuando los espermatozoides con el cromosoma pequeño fertilizaron óvulos, produjeron descendencia masculina. El par de cromosomas sexuales que estudió más tarde se conoció como cromosomas X e Y.
Después de estudiar fisiología e histología en Stanford, Stevens se inscribió en Bryn Mawr College para seguir su doctorado en citología. Centró sus estudios de doctorado en temas como la regeneración en organismos multicelulares primitivos, la estructura de organismos monocelulares, el desarrollo de espermatozoides y huevos, células germinales de insectos y división celular en erizos y gusanos de mar. Durante sus estudios de posgrado en Bryn Mawr, Stevens fue nombrada beca europea del Presidente y pasó un año en la Estación Zoológica de Nápoles, donde trabajó con organismos marinos, y en el Instituto Zoológico de la Universidad de Würzburg, Alemania. Volviendo a los Estados Unidos, su asesor de doctorado era el genetista Thomas Hunt Morgan. Además, los experimentos de Stevens fueron influenciados por el trabajo del anterior jefe del departamento de biología, Edmund Beecher Wilson, que se había trasladado a la Universidad de Columbia en 1891. Stevens recibió su doctorado de Bryn Mawr en 1903 y permaneció en la universidad como investigador en biología durante un año. Continuó allí como lectora en morfología experimental durante otro año y trabajó en Bryn Mawr como asociada en morfología experimental desde 1905 hasta su muerte. Se le ofreció la posición que había buscado durante mucho tiempo, como profesora de investigación en Bryn Mawr College, justo antes de que el cáncer le quitara la vida.
Stevens fue una de las primeras mujeres estadounidenses en ser reconocida por su contribución a la ciencia. La mayor parte de su investigación la completó en Bryn Mawr College. El rango más alto que alcanzó fue el de Asociado en Morfología Experimental (1905-1912). En Bryn Mawr, amplió los campos de la genética, la citología y la embriología.
Aunque Stevens no tenía un puesto universitario, hizo una carrera realizando investigaciones en importantes estaciones y laboratorios marinos. Su historial de 38 publicaciones incluye varias contribuciones importantes que promueven los conceptos emergentes de herencia cromosómica. Al experimentar con células germinales, Stevens interpretó sus datos para concluir que los cromosomas desempeñan un papel en la determinación del sexo durante el desarrollo.