Rosalind Elsie Franklin fue una persona destacada biofísica y cristalógrafa y era británica, que lo investigo fue muy importante para el descubrimiento de la estructura del ADN, aunque durante todo ese trabajo no recibió el reconocimiento merecido por el valor . Su carrera científica comenzó a ser imparcial mente valorado en la segunda mitad del siglo 20 y, para el año 2000, ella ya se había convertido en un símbolo de la lucha por la igualdad de género en la ciencia fue tan importante que después de ella se siguieron otras más
Nacida el 25 de julio de 1920 en Londres, Franklin estudió en la Universidad de Cambridge, donde se graduó en Química en 1941. De pues de graduarse , trabajó en París, en el Laboratoire Central des Services Chimiques de l'État, donde en cajavan mucho en la técnica de difracción de rayos X, que sería algo muy importante para sus futuras investigaciones.
En 1951, Franklin se unió al King's College de Londres, donde comenzó a investigar la estructura del ADN. Allí tomó la famosa Fotografía 51, una imagen excepcional de la molécula de ADN he hecha mediante difracción de rayos X. Esta foto grafia fue fundamental para que James Watson y Francis Crick pudieran construir su modelo de doble hélice en 1953. Sin embargo, la imagen fue mostrada a Watson sin el , la capacidad ni la palabra de Franklin por Maurice Wilkins, su colega en el King's Colla
Después
Watson, Crick y Wilkins recibieron el Premio Nobel de Medicina en 1962 por el descubrimiento del ADN, Franklin no fue incluida, en parte porque falleció en 1958, y el Nobel no se concede póstumamente. A pesar de ello, su contribución ha sido ampliamente reconocida por historiadores y científicos hacia el fin del siglo XX.
Además de su trabajo con el ADN, Franklin realizó investigaciones fundamentales sobre la estructura de virus, particularmente del virus del mosaico del tabaco y el virus de la polio, mientras trabajaba en el Birkbeck College de Londres.
Rosalind Franklin murió el 16 de abril de 1958, a los 37 años, a causa de un cáncer de ovario, posiblemente relacionado con su constante exposición a la radiación en sus investigaciones. Hacia el año 2000, su vida y obra habían sido redescubiertas por el público general, gracias a biografías, documentales y estudios históricos, que la posicionaron como una figura clave en la historia de la ciencia y como una inspiración para mujeres científicas en todo el mundo.