Rosalind Elsie Franklin nació el 25 de julio de 1920 en Notting Hill ,Londres. Fue fue hija de Ellis Arthur Franklin y de Muriel Frances Waley. Fue criada en una familia judía de clase media-alta que apreciaba mucho la educación.
Sus primeros estudios fueron en Nordlan Place, un colegio mixto de Londres. Después fue a la escuela Lindores en Sussex, solo para mujeres. Con once años ingresó en St. Paul´s Girl´s Shool. Allí le despertó un gran interés por las ciencias y el latín.
En 1938 aprobó el examen de ingreso y entró em la universidad de Cambridge en el colegio universitario Newham College. Se interesó en la cristalografía y la difracción de rayos X.
Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial Rosalind estaba en Noruega y tuvo complicado volver a Inglaterra. Pero en 1941 consiguió regresar a su país. Su primera investigación fue en 1942, en tiempos de guerra, estudió el carbón en Bristish Coal Utilisation Research Association, donde pudo terminar su tesis de doctorado.
Tras la guerra se fue a París como becaria postdoctoral, al Laboratoire Central des Services Chimiques de I´Etat, donde perfeccionó sus técnicas en cristalografía. Aplicó esa técnicas a otras sustancias que no eran cristales, usando la difracción de rayos X.
En 1951 Rosalind volvió a Inglaterra, donde trabajó en King´s College en la Unidad de Biofísica y fue allí donde empezó a investigar el ADN. Todos sus compañeros la menospreciaban y trabajaba muy sola. Franklin mejoró el aparato para obtener las imágenes del ADN.
En noviembre de 1951 dio una charla para exponer el resultado de sus investigaciones. A esta charla asistieron Watson y Crick, investigadores de la estructura del ADN en Cambridge. A partir de este seminario, estos dos investigadores empezaron a usar los datos de Rosalind en sus investigaciones, sin conocimiento ni autorización suya. En 1953 consiguió tomar la famosa fotografía 51.
Debido al ambiente egoísta y machista del King´s College, Franklin se trasladó al Birbeck College de Londres, donde empezó a trabajar en la investigación de virus como el del mosaico del tabaco y el de la polio.
En 1956 enfermó durante su viaje a Estados Unidos. Allí se le diagnosticó un cáncer de ovarios, posiblemente por su exposición continua a los rayos X. Murió en Londres el 16 de abril de 1958 a los 37 años.
Con el paso del tiempo la figura de esta científica ha recuperado su valor y su prestigio, y aunque murió muy joven su aportación a la ciencia ha sido muy grande.