Rosalind Franklin

Centro Educativo:
SAFA Andújar

Principales hitos

“La mejor manera de entender algo es intentarlo por ti mismo.”

Biografía de Rosalind Franklin

Rosalind Franklin fue una científica clave en el descubrimiento de la estructura del ADN, aunque su contribución no fue reconocida en su tiempo. Su trabajo con la difracción de rayos X permitió obtener la famosa Fotografía 51, que proporcionó evidencia crucial para el modelo de doble hélice. Sin embargo, sus hallazgos fueron utilizados sin su consentimiento por Watson y Crick, quienes recibieron el Premio Nobel en 1962 junto con Maurice Wilkins, mientras que Franklin quedó en el olvido.

Nació en 1920 en Londres, en una familia judía acomodada que valoraba la educación. Desde pequeña mostró talento para la ciencia y estudió química en la Universidad de Cambridge, a pesar de los obstáculos que enfrentaban las mujeres en este campo. Durante la Segunda Guerra Mundial, investigó la estructura del carbón, contribuyendo a mejorar las máscaras de gas.

En 1947 se trasladó a París, donde perfeccionó la técnica de difracción de rayos X bajo la tutela de Jacques Mering. Este aprendizaje resultó fundamental cuando, en 1951, se unió al King’s College de Londres para estudiar la estructura del ADN. Allí obtuvo imágenes detalladas de la molécula, demostrando su forma helicoidal. Sin embargo, su relación con Maurice Wilkins fue tensa, y este, sin su permiso, mostró la Fotografía 51 a Watson y Crick, quienes la utilizaron para desarrollar su modelo del ADN sin darle crédito.

Tras esta controversia, Franklin dejó el King’s College en 1953 y continuó su carrera en el Birkbeck College, donde investigó la estructura de los virus, realizando importantes avances en virología. A pesar de ser diagnosticada con cáncer en 1956, siguió trabajando hasta poco antes de su muerte en 1958, a los 37 años.

El reconocimiento a su trabajo llegó tarde. Aunque los Nobel no se otorgan póstumamente, en vida tampoco se le dio el crédito que merecía. Décadas después, la comunidad científica ha reivindicado su legado, y su nombre se asocia hoy con la excelencia y la perseverancia en la ciencia. Su historia es un símbolo de las dificultades que han enfrentado las mujeres en la ciencia y una inspiración para futuras generaciones.