Rosalind Elsie Franklin nació el 25 de julio de 1920 en Londres en una familia judía acomodada. Desde pequeña mostró un gran interés por la ciencia, destacando en matemáticas y química. A los 18 años, ingresó en el Newnham College de la Universidad de Cambridge para estudiar ciencias experimentales. Se graduó en 1941 y comenzó a investigar sobre el carbón y su estructura, contribuyendo a la Segunda Guerra Mundial con estudios sobre materiales resistentes al calor. Gracias a este trabajo, obtuvo su doctorado en 1945.
Más tarde, se trasladó a París, donde perfeccionó la técnica de difracción de rayos X, un método clave para analizar estructuras moleculares. Su dominio en esta área la llevó en 1951 al King’s College de Londres, donde aplicó esta técnica al estudio del ADN. Fue la primera en capturar una imagen clara de su estructura, la famosa "Fotografía 51", que evidenciaba su forma helicoidal.
Sin su conocimiento, su colega Maurice Wilkins compartió esta imagen con James Watson y Francis Crick, quienes utilizaron sus datos para desarrollar el modelo de doble hélice del ADN en 1953. A pesar de que su trabajo fue clave, no recibió el reconocimiento debido, y en 1962, Watson, Crick y Wilkins obtuvieron el Premio Nobel de Medicina, sin mencionar su contribución.
Franklin, sin embargo, siguió con su carrera científica en el Birkbeck College, enfocándose en la estructura de los virus. Sus investigaciones fueron fundamentales para la virología moderna. En 1956, fue diagnosticada con cáncer de ovario, posiblemente causado por su exposición a la radiación. A pesar de su enfermedad, continuó trabajando hasta poco antes de su fallecimiento, el 16 de abril de 1958, a los 37 años.
A lo largo del tiempo, su legado ha sido revalorizado y hoy es reconocida como una de las científicas más importantes del siglo XX, cuyo trabajo sentó las bases de la biología molecular moderna y la lucha por el reconocimiento de las mujeres en la ciencia.