Sara Zahedi nació en Irán en 1981, poco después de la Revolución Islámica, en un
contexto de represión social y restricciones de derechos para las mujeres. Cuando
tenía 10 años, su madre y ella lograron escapar de Irán hacia Suecia, buscando
mejores oportunidades y libertad. Su infancia estuvo marcada por la incertidumbre y
las dificultades de adaptación a un nuevo país, sin conocer el idioma y
enfrentándose a una nueva cultura.
Al igual que muchas mujeres en ciencias, Zahedi tuvo que luchar contra la falta de
referentes femeninos en su campo. A pesar de demostrar un gran talento en
matemáticas, tuvo que enfrentar prejuicios y la falta de confianza en sus
capacidades por el simple hecho de ser mujer e inmigrante. Durante sus estudios en
la Universidad de Uppsala y el KTH de Estocolmo, se destacó en matemáticas
aplicadas, un área donde las mujeres son minoría, y tuvo que trabajar el doble para
ser reconocida en un entorno académico dominado por hombres.
Otro reto fue el equilibrio entre su carrera profesional y las expectativas sociales
sobre el rol de las mujeres en la sociedad. En muchas ocasiones, las mujeres en la
academia deben demostrar su valía constantemente y hacer frente a la
invisibilización de sus logros. Sin embargo, su talento y perseverancia la llevaron a
recibir el Premio de la Sociedad Matemática Europea en 2016, lo que significó un
gran reconocimiento a su trabajo en análisis numérico y modelado matemático.
Zahedi ha utilizado su historia personal para inspirar a otras jóvenes científicas,
especialmente aquellas de orígenes migrantes, demostrando que con esfuerzo y
determinación es posible superar barreras culturales y de género en la ciencia.