Sofia kovalévskaya nació el 13 de enero de 1850 en Moscú (Rusia). Desde pequeña, su familia le llamaba Sonia. La pasión de Sofia hacia las matemáticas surgió en su niñez escuchando los relatos de su tío. Fue una matemática y escritora rusa que para poder estudiar tuvo que irse de su país, pedir permisos para ir a clase y recibir clases particulares de matemáticas. Las mujeres tenían prohibido estudiar en la universidad, solo lo podían hacer si se casaban y así poder salir del país. Y eso pasó, Sofia con tan solo 18 años, a pesar de que su padre no quería, se casó para poder estudiar.
A pesar de las dificultades que encontró por el camino, consiguió el doctorado en matemáticas, pero ninguna universidad de Europa quería tener a una mujer como profesora. Y por fin cumplió su sueño, la Universidad de Estocolmo la aceptó, un lugar que había sido construido recientemente.
Todas sus investigaciones se centran en el análisis matemático.
En Estocolmo colaboró en la redacción de una revista internacional, lo que hizo que personas interesadas en las matemáticas de otras partes del mundo pudiesen estar en contacto con ella.
En 1886 hizo un viaje a París y allí se ocupó de un problema matemático con el que podía ganar el Premio Bordin de la Academia de Ciencias de París y así pasó, ganó ese premio por su investigación. Ese premio era el premio soñado por cualquier hombre matemático y ella lo había conseguido.
Sofia kovalévskaya fue profesora vitalicia en Estocolmo. Al poco tiempo, enfermó y el 10 de febrero de 1891 murió. Su muerte puso triste a muchas personas.