Sonia Kovalévskaya fue una matemática rusa del siglo XIX (1850- 1891) ,que para poder estudiar en la universidad tuvo que salir fuera de Rusia, pedir permisos especiales para asistir a clase y solicitar clases particulares a ilustres matemáticos. Después de obtener el doctorado en matemáticas, a pesar de que ninguna universidad en Europa admitía a una mujer como profesora, consiguió serlo en la Universidad de Estocolmo.
Sonja, Sofja, Sonya, Sophie, Sophia, Sonia, Sofya, son algunos de los nombres que hacen referencia a esta mujer excepcional como escritora, como matemática y como persona. No sólo fue la primera mujer que se doctoró en matemáticas y consiguió ser profesora de Universidad, sino que también escribió obras literarias.
A los 18 años, se casó con Vladimir Kovalevski para poder estudiar en el extranjero, ya que en Rusia las mujeres no podían acceder a la universidad. En 1869, la pareja se trasladó a Heidelberg, pero Sonia no pudo estudiar oficialmente en la universidad. A pesar de las restricciones, logró ser admitida como oyente y, más tarde, se mudó a Berlín. Allí estudió con Karl Weierstrass, quien quedó impresionado por su talento matemático. Weierstrass la acogió como alumna y la apoyó en su carrera. En 1874, Sonia presentó su tesis doctoral en la Universidad de Gotinga y obtuvo su doctorado. Tras obtener su doctorado, Sonia regresó a Rusia, pero no pudo conseguir trabajo en ninguna universidad debido a la negativa de las autoridades a permitir que las mujeres enseñaran. A pesar de la adversidad,retomó su carrera matemática tras el apoyo de Gösta Mittag-Leffler, quien la animó a seguir trabajando.
En 1883, Sonia se trasladó a Estocolmo, donde fue nombrada profesora en la Universidad de Estocolmo y colaboró en la redacción de la revista Acta Mathematica.
En 1888, Sonia recibió el prestigioso Premio Bordin de la Academia de Ciencias de París. A pesar de los avances en su carrera, Sonia enfrentó dificultades personales, como la muerte de su marido en 1883. Sin embargo, continuó trabajando en su investigación matemática y fue nombrada profesora vitalicia en Estocolmo en 1889.
Lamentablemente, en 1891, Sonia cayó gravemente enferma y falleció el 10 de febrero a los 41 años. Su muerte conmocionó a la comunidad matemática y cultural de Europa. A lo largo de su vida, Sonia rompió barreras y dejó un legado como una de las matemáticas más brillantes de su época.