Teano de Crotona, nacida alrededor del 580 a.C. en la antigua ciudad griega de Crotona (actualmente en el sur de Italia), es una figura fascinante que trascendió los límites de su tiempo, tanto como filósofa como madre y líder. Aunque poco se sabe con certeza sobre su vida personal, su legado en el mundo de las matemáticas, la filosofía y la espiritualidad sigue siendo profundamente influyente.
Teano fue educada en un ambiente intelectual y culturalmente rico, con una familia que valoraba tanto la educación como el pensamiento crítico. Desde joven, mostró un talento excepcional para las matemáticas y la filosofía, lo que la llevó a unirse a la escuela pitagórica, fundada por Pitágoras en Crotona. Aquí, Teano no solo se destacó por su capacidad intelectual, sino que también se convirtió en una figura clave en la transmisión de las enseñanzas pitagóricas, especialmente en lo que respecta a la relación entre los números, la música y la moralidad.
Casada con Pitágoras, su influencia en la escuela fue considerable. Tras la muerte de su esposo, Teano continuó liderando la comunidad pitagórica, defendiendo la importancia de la moderación, la armonía y la templanza en todos los aspectos de la vida. No solo enseñó matemáticas y filosofía, sino que también promovió la idea de que las leyes cósmicas del universo podían aplicarse a la conducta humana.
Además de su labor filosófica, Teano fue madre de varios hijos, a quienes inculcó sus propios valores de equilibrio y sabiduría. Su enfoque integrador de la vida y la ciencia dejó una marca perdurable, no solo en su escuela, sino en la historia del pensamiento griego, siendo recordada como una de las primeras mujeres que contribuyó activamente al desarrollo de la ciencia y la filosofía en una sociedad predominantemente masculina.