María Teresa de Pedro Lucio nació en Zamora en 1944. Fue una de las primeras personas en España en trabajar con Inteligencia Artificial. Desde pequeña, le gustaban mucho las ciencias y las matemáticas. Era muy buena estudiante y quería aprender cada vez más, a pesar de que en aquella época no era fácil para las mujeres dedicarse a la ciencia, pero ella nunca se rindió.
Estudió en la Universidad Complutense de Madrid, una de las más importantes de España. En ese tiempo, muy pocas mujeres iban a la universidad. Teresa estudió Ciencias Físicas y, tras mucho esfuerzo, logró su doctorado. Gracias a una beca, empezó a trabajar en el Instituto de Electricidad y Automática del CSIC, donde pudo investigar y desarrollar nuevas ideas.
Desde el principio, le interesó mucho la robótica y la Inteligencia Artificial. En aquellos años, eran temas muy nuevos y casi nadie hablaba de ellos. Sin embargo, Teresa vio su potencial y trabajó duro para desarrollar estas tecnologías.
Uno de sus proyectos más importantes fue la creación del primer coche sin conductor en España. Hoy en día, los vehículos autónomos están en desarrollo, pero en su época, parecía algo imposible. Ella trabajó en sistemas que ayudaban al coche a moverse sin necesidad de un conductor humano. Este proyecto abrió el camino para los avances en coches autónomos que existen hoy.
Otro logro importante de Teresa fue diseñar un sistema que predecía la contaminación en Madrid. Analizaba datos como el tráfico, el clima y la industria para calcular cómo estaría el aire al día siguiente. Esto ayudó a tomar medidas para reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire en la ciudad.
A lo largo de su carrera, Teresa recibió varios premios y reconocimientos. En octubre de 2022, el CSIC le dio el premio Julio Peláez a mujeres pioneras en la ciencia. Este premio se otorga a mujeres que han abierto camino en la investigación y han hecho grandes aportes en su campo.
También fue profesora y enseñó a muchos estudiantes sobre robótica e Inteligencia Artificial. Daba clases en universidades y centros de investigación. Sus alumnos la recuerdan como una profesora apasionada, que siempre los motivaba a aprender y seguir explorando la ciencia.
En su vida personal, Teresa fue una persona sencilla y humilde. No buscaba la fama, solo quería trabajar en lo que le gustaba. Sus compañeros y amigos la describen como una mujer muy inteligente y trabajadora, que nunca se dejó vencer por las dificultades.
Después de muchos años de trabajo, Teresa se jubiló hace ocho años. Ahora disfruta de su tiempo libre con su familia y amigos. Aunque ya no está activa en la ciencia, se sigue hablando de ella y sigue inspirando a muchas personas. Su trabajo en Inteligencia Artificial y robótica es todavía un referente para muchos investigadores en todo el mundo.
La historia de Teresa de Pedro nos muestra que con esfuerzo y dedicación se pueden lograr grandes cosas. Su ejemplo anima a muchas personas que sueñan con ser científicos.