Valentina Tereshkova nació en 1937 en un pequeño pueblo de Rusia llamado Maslennikovo. Su infancia estuvo marcada por la sencillez y el trabajo duro. Desde muy joven tuvo que dejar los estudios para ayudar a su familia económicamente, trabajando en una fábrica textil. Sin embargo, eso no fue un obstáculo para ella, ya que siempre mantuvo vivo su deseo de aprender y de superarse. En su tiempo libre practicaba una actividad poco común en esa época: el paracaidismo, una afición que más adelante le abriría las puertas al espacio.
Gracias a su experiencia como paracaidista, fue seleccionada entre más de 400 aspirantes para formar parte del programa espacial de la Unión Soviética. Tras superar un exigente entrenamiento físico y técnico, el 16 de junio de 1963 hizo historia al convertirse en la primera mujer en viajar al espacio. A bordo de la nave Vostok 6, orbitó la Tierra durante casi tres días, completando 48 vueltas al planeta. Durante el vuelo realizó observaciones y anotaciones que luego fueron útiles para otras misiones. Fue un logro enorme tanto para Rusia como para toda la humanidad, y un símbolo de avance para las mujeres en la ciencia y la tecnología.
Después de su misión, Tereshkova continuó su carrera en el ámbito científico, social y político. Estudió ingeniería espacial y ocupó cargos importantes en el gobierno soviético y en organizaciones internacionales. Recibió numerosos premios y reconocimientos, como el título de Héroe de la Unión Soviética, la Orden de Lenin y otros honores internacionales.
Valentina Tereshkova es un ejemplo de superación, valentía y compromiso. Su historia demuestra que con esfuerzo, preparación y determinación se pueden romper barreras. A día de hoy, sigue siendo una figura muy respetada e inspiradora, especialmente para las mujeres que sueñan con dedicarse a la ciencia, al espacio o a cualquier otra meta que parezca difícil de alcanzar.