Valentina Vladímirovna Tereshkova nació el 6 de marzo de 1937 en la pequeña aldea de Maslennikovo, en la región de Yaroslavl, Rusia. Era hija de un trabajador de la fábrica, Vladimir Tereshkov, y de Elena Fedorovna, quien trabajaba como operaria en la industria textil. Su padre murió durante la Segunda Guerra Mundial cuando Valentina tenía apenas dos años, lo que dejó a su madre a cargo de la crianza de Valentina y su hermano, Vladimir.
Desde temprana edad, Valentina mostró un gran interés por el deporte y la actividad física. A pesar de las dificultades económicas de la posguerra, ella se dedicó al atletismo y la gimnasia, y fue una de las jóvenes más destacadas en su localidad. A medida que crecía, su amor por el deporte se convirtió en una pasión por el vuelo. En sus años de adolescencia, Tereshkova comenzó a tomar clases de paracaidismo y a saltar en competencia, una actividad que más tarde jugaría un papel crucial en su carrera espacial.
En 1955, Valentina Tereshkova se trasladó a la ciudad de Yaroslavl para estudiar en la escuela técnica de textiles, pero su verdadera pasión seguía siendo el paracaidismo. Después de completar sus estudios, se unió a un club de paracaidistas, donde comenzó a perfeccionar sus habilidades. En 1960, se convirtió en paracaidista de nivel avanzado, lo que la llevó a ser seleccionada para una nueva iniciativa del gobierno soviético: la búsqueda de mujeres que pudieran convertirse en astronautas.
El programa espacial soviético estaba buscando astronautas que no solo fueran altamente capacitados en términos de habilidades técnicas, sino que también pudieran soportar las intensas demandas físicas y psicológicas de los vuelos espaciales. Tereshkova, con su experiencia en paracaidismo y su notable resistencia física, fue una de las elegidas para formar parte de este grupo selecto. Tras ser seleccionada, se trasladó a Moscú, donde comenzó un riguroso entrenamiento en la Academia de Cosmonautas Yuri Gagarin.
En 1963, después de completar una exhaustiva formación, Valentina Tereshkova fue seleccionada para formar parte de la misión Vostok 6, que la convertiría en la primera mujer en viajar al espacio. Esta misión estaba programada para tener lugar en 1963, y sería un hito en la historia de la exploración espacial.
El 16 de junio de 1963, Tereshkova despegó desde el cosmódromo de Baikonur a bordo de la nave Vostok 6. La misión tuvo una duración de 71 horas, durante las cuales Tereshkova orbió la Tierra 48 veces. Durante el vuelo, la cosmonauta realizó diversas investigaciones científicas y experimentos sobre los efectos de la ingravidez y las condiciones del espacio en el cuerpo humano.
Uno de los aspectos más notables de su vuelo fue la falta de precedentes. Aunque muchas personas no estaban seguras de que las mujeres pudieran soportar las exigencias de un vuelo espacial, Tereshkova demostró que las mujeres podían ser astronautas competentes y valientes. La misión fue un éxito rotundo.